El expreso de Chicago

Desde mis primeros días como cinéfilo, hay una película que dejó una huella imborrable en mi corazón: “Silver Streak”. Cada fotograma, cada giro de la trama, se convirtió en una aventura que disfruté con entusiasmo en mi infancia. A través de la dirección magistral de Arthur Hiller, la escritura envolvente de Colin Higgins y la actuación inolvidable de Gene Wilder, esta película no solo fue una historia en la pantalla, sino una experiencia que quedó grabada en mi memoria.

Título: Silver Streak
Director: Arthur Hiller
Producción: Edward K. Milkis, Thomas L. Miller
Guion: Colin Higgins
Música: Henry Mancini
Fotografía: David M. Walsh
Montaje: David Bretherton
Reparto:

  • Gene Wilder como George Caldwell
  • Richard Pryor
  • Jill Clayburgh como Hildegarde “Hilly” Burns
  • Patrick McGoohan como Roger Deverau
  • Ned Beatty
  • Clifton James
  • Ray Walston
  • Stefan Gierasch
  • Richard Kiel
  • Fred Willard

Argumento:

George Caldwell, interpretado magistralmente por Gene Wilder, se presenta como un editor de libros embarcado en una travesía ferroviaria de largo recorrido con destino a la ciudad de Chicago. Su objetivo es tan noble como personal: asistir a la boda de su hermana, un evento que promete ser un hito emocional en su vida. Sin embargo, lo que comienza como un simple viaje se transforma en una intrincada y emocionante odisea cuando el tren se convierte en el escenario de un misterioso y retorcido drama.

En este viaje, George se encuentra con Hildegarde “Hilly” Burns, una encantadora secretaria vinculada al profesor Schreiner, un distinguido historiador que también comparte destino hacia Chicago para presentar su último trabajo sobre Rembrandt en el prestigioso Instituto de Arte. La presencia de Hilly en la trama agrega un matiz de romance, así como una capa adicional de complejidad a medida que se desenvuelven los eventos.

La trama da un giro sorprendente cuando el profesor Schreiner desaparece misteriosamente durante la noche. La incertidumbre se apodera de George cuando cree haber vislumbrado al profesor en circunstancias que sugieren su muerte. Este punto de inflexión da inicio a una serie de investigaciones por parte de George, quien se embarca en la misión de desentrañar el enigma que rodea la desaparición del erudito. Aquí es donde la trama se sumerge en un territorio de intriga y suspenso, llevando al público a un viaje lleno de giros impredecibles.

El antagonista de la historia, Roger Deverau, interpretado con maestría por Patrick McGoohan, se revela como el responsable del crimen, a medida que George, con sus agudas averiguaciones, comienza a acercarse peligrosamente a la verdad. La trama se complica aún más cuando las pesquisas de George inquietan al astuto criminal, desencadenando una serie de eventos que llevan la narrativa a un clímax lleno de tensión y emoción.

Este relato ferroviario no solo es un viaje físico de un punto A a un punto B, sino también un viaje emocional y mental para los personajes y, por extensión, para el espectador. Con elementos de romance, misterio y suspense, la película se convierte en un fascinante caleidoscopio de emociones y situaciones que mantienen a la audiencia al borde de sus asientos. Gene Wilder, con su carisma inconfundible, guía a los espectadores a través de esta trama enredada con una actuación que deja una huella imborrable.

Así, lo que comienza como un viaje aparentemente rutinario se transforma en una experiencia cinematográfica cautivadora y llena de sorpresas. Cada giro y vuelta en las vías del tren se traducen en un momento de revelación o suspenso, haciendo de esta película un clásico del cine que continúa deleitando a las audiencias con su mezcla única de ingenio, intriga y emoción.

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